Por Juan Manuel Parada
¿Hasta qué punto el cuerpo es una sinfonía? Ritos, de otros cuerpos y cotidianidad, de Dannybal Reyes, Ediciones Gitanjali 2009, se abandona a esta pregunta, con la certeza de quien busca, no tanto para encontrar sino para descubrir. Cuerpo poesía, cuerpo mujer, cuerpo patria, cuerpo canto. Libro en cuatro movimientos, discurso para un ritual de encuentros y desencuentros:
me gustan los cuerpos de mujeres menudas
son tan recorribles
en un instante violas sus fronteras
es asfixiarse en un pañuelo de piel
una lágrima bastaría para recorrer
toda su plenitud.
Cada verso acompañado de su silencio preciso, respiración controlada y armónica, que de tiempo en tempo se construye a sí misma, se canta.
usted siga bebiendo
a cortos sorbos su trago
yo haré de esta barra una baranda
dejemos que la tregua
se prenda entre aquel cliente
que mira como el que no sabe bailar
y aquellas columnas preñadas de fotos
usted siga bebiendo su trago
acepte un baile cerca de mi codo
yo le sonreiré
como aceptando su intemperie
(…)
El poeta dialoga con su lector hablándole en música, textura y aroma, trascendiendo el verso, inscribe un lenguaje que se hace con el cuerpo, con lo no dicho. Para él, el poema es ceremonia y su búsqueda un ritual al que se llega en silencio.
Esperaré con mirada tentácula
paciente
esperaré el choque a contracara
impávido
(…)
o
yo podría morir
como los caracoles
que se encierran en su coraza
y se suicidan con el eco de su voz.
Es Ritos… de Dannybal Reyes, un discurso de imágenes, canto polifónico. Poemario visual, poesía: ver, oír, palpar que emerge sonoro desde su autor. Porque si algo nos aporta este poemario es su musicalidad, su ritmo acompasado, ese arte de organizar lógica y armoniosamente los sonidos y el silencio.
(…)
a mi izquierda
dos indigentes hacen el amor
juegan a las caricias el mugre se aparta
juegan a que se besan y disfrazan su aliento
juegan a que huelen bien
(…)
me gustan los cuerpos de mujeres menudas
son tan recorribles
en un instante violas sus fronteras
es asfixiarse en un pañuelo de piel
una lágrima bastaría para recorrer
toda su plenitud.
Cada verso acompañado de su silencio preciso, respiración controlada y armónica, que de tiempo en tempo se construye a sí misma, se canta.
usted siga bebiendo
a cortos sorbos su trago
yo haré de esta barra una baranda
dejemos que la tregua
se prenda entre aquel cliente
que mira como el que no sabe bailar
y aquellas columnas preñadas de fotos
usted siga bebiendo su trago
acepte un baile cerca de mi codo
yo le sonreiré
como aceptando su intemperie
(…)
El poeta dialoga con su lector hablándole en música, textura y aroma, trascendiendo el verso, inscribe un lenguaje que se hace con el cuerpo, con lo no dicho. Para él, el poema es ceremonia y su búsqueda un ritual al que se llega en silencio.
Esperaré con mirada tentácula
paciente
esperaré el choque a contracara
impávido
(…)
o
yo podría morir
como los caracoles
que se encierran en su coraza
y se suicidan con el eco de su voz.
Es Ritos… de Dannybal Reyes, un discurso de imágenes, canto polifónico. Poemario visual, poesía: ver, oír, palpar que emerge sonoro desde su autor. Porque si algo nos aporta este poemario es su musicalidad, su ritmo acompasado, ese arte de organizar lógica y armoniosamente los sonidos y el silencio.
(…)
a mi izquierda
dos indigentes hacen el amor
juegan a las caricias el mugre se aparta
juegan a que se besan y disfrazan su aliento
juegan a que huelen bien
(…)
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