¿A qué sabe
la esperanza? ¿Cómo se palpa el temor? ¿Qué textura tiene la muerte? Sin duda,
la literatura no está hecha de palabras, éstas son herramientas para el proceso
de comunicación, pero el texto creativo, ése que se conecta con las emociones
del lector, se fundamenta en aspectos que rebasan la fácil adjetivación.
Simón
Rodríguez ya se había adelantado a esta premisa cuando sentenció: Si no emociona, no comunica y si no comunica
no enseña. Yo me atrevería a variar un tanto la frase y replantearla en
función del texto narrativo: Si no
emociona, no comunica y si no comunica no engancha.
La
diferencia entre un texto meramente informativo (abstracto) y uno emocionante o
vívido (concreto) es el buen uso de los recursos visuales y/o sensoriales con
que contamos una historia
A ver un ejemplo:
A ver un ejemplo:
Como ustedes, o la mayoría
de ustedes, yo nací en la religión de Cristo y en ella me bautizaron. Pero en
ella no me pienso morir. Si Cristo es el paradigma de lo humano, la humanidad
está perdida.
Fernando Vallejo. Al recibir el premio Rómulo Gallegos.
Como verán,
el autor se plantea sin mucho rodeo informar su desprecio hacia la religión
cristiana y para ello se vale de recursos netamente abstractos. Me gustaría que
en este momento trates de revivir alguna imagen o sensación que hayas tenido
durante la lectura. Lo más probable es que ninguna, porque no estaba en los
planes de Vallejo lograr una experiencia vívida para recrear su idea. Él no
apela a la percepción sensorial del lector, apela a su razón, a su capacidad
convencional de entendimiento.
El ejemplo contrario:
El ejemplo contrario:
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras,
cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más
de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los
cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan
tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los
dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume
viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar
lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la
boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y
si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible
absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una
sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí
como una luna en el agua.
Capítulo
7 de Rayuela. Julio Cortazar.
He aquí un
texto concreto, vívido y altamente emocionante. Estoy seguro que al cerrar los
ojos podrás ver la boca saliendo del dedo de Oliveira o sentir la textura de
ese cabello donde él hunde la mano. O el perfume viejo, o las bocas llenas de
peces en movimiento. Este maestro del relato aborda a su lector con imágenes
precisas que activan un complejo mapa emocional; además, no pierde oportunidad
de apelar a recursos sensoriales, logrando una conexión profunda con la sensibilidad
de quien lee.
Recapitulemos entonces:
Lo abstracto es la síntesis intelectual que
la mente extrae de una experiencia concreta, es decir, de lo vivido o sentido,
a través de la reflexión, tal es el caso de la mayoría de los ensayos o las
notas de prensa que leemos a diario. Mientras que lo concreto es la experiencia en sí misma, sólida y compacta, material
y palpable.
Palabras
como amor, rabia o frío son resultado de ese proceso de reflexionar y
sintetizar alguna vivencia.
Si digo: José está solitario y melancólico, absorto
en el recuerdo de sofía. Estaría flotando en el plano de lo abstracto. Y si
digo: José, sentado al borde del catre,
acaricia la blusa que conserva de Sofía, mientras ve las cortinas negras
batirse contra la ventana. Estaría recreando una imagen que nos podría
incluso llevar al estado emocional del personaje.
Recordemos a Henry James: No lo
digas, muéstralo.
Cuando un
lector se encuentra con la frase: José es
un mal hijo. Entiende lo que el autor se propone informarle, pero no se
conecta con ninguna emoción y es probable que abandone la lectura, pero si este
mismo lector se topa con un texto donde ve cómo José maltrata a su madre o cómo
le miente o cómo prefiere a su amante, el resultado será una conexión más
profunda e incluso interactiva.
Veamos un
ejemplo final y esclarecedor:
Si Juan
Rulfo hubiera creado este texto:
Los hombres caminaban a
orillas del arrollo en una noche de luna llena.
Seguramente
no ocuparía el lugar que hoy tiene por haber escrito:
La
sombra larga y negra de los hombres siguió moviéndose de arriba abajo,
trepándose a las piedras, disminuyendo y creciendo según avanzaba por la orilla
del arroyo. Era una sola sombra, tambaleante.
La luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda.
La luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda.
No oyes ladrar los perros. Juan Rulfo.
Aprender a
reconocer entre lo abstracto y lo concreto nos permitirá trazar una ruta
de acción más clara para alcanzar el efecto que nos planteamos con el texto.
Por lo general partimos de un tema o idea (lo abstracto) como la esperanza, la
vida o la muerte para transformarlo en experiencia vívida (lo concreto) por
medio de olores, texturas, sonidos, sabores e imágenes. En la medida que uno y
otro están más claros en nuestra mente, será más fácil lograr textos
emocionantes. Recordemos que el arte se plantea como un lenguaje que aborda los
sentidos, más allá de la razón.
EJERCICIOS:
1-Partiendo de alguna de las siguientes frases,
construye una imagen vívida, concreta y emocionante.
-El secreto de una buena vejez no es otra cosa que
un pacto honrado con la soledad.
(Gabriel García Márquez)
-El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
(Aristóteles)
-Así como una jornada bien empleada produce un dulce
sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte.
(Leonardo Da Vinci)
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