martes, 23 de agosto de 2016

LA VITALIDAD DE LOS PERSONAJES

 
Del LibroTaller: Caminos del Cuento o Contar de Súbito, por Juan Manuel Parada.

Toda historia de ficción se constituye en acciones donde se genera y resuelve un conflicto, entonces, no hay cuento sino hay acciones y no acciones sin personajes. Son ellos quienes hacen avanzar la historia a través de sus parlamentos, decisiones, deseos, emociones, etc. ¿Imaginas El perseguidor sin Jhonny Carter o Ligeia sin Ligeia?
El escritor se apoya en personajes para desarrollar la historia que está contando, héroes, antihéroes, personajes secundarios, animales, objetos humanizados y hasta casas, le sirven como fuerza motriz de su ficción.

Un personaje puede surgir a partir de la realidad propia o extraña, también de la imaginación pura y creativa del autor, lo cierto es que ninguno de ellos, por muy bueno, profundo o divertido que sea, podrá tener un puesto gratuito en la historia.

La conexión entre trama y personaje es íntima, indisoluble y absoluta, ya que el relato es  un enfrentamiento de visiones distintas o de búsquedas contrarias, es decir de protagonista y antagonista, o de personajes con propósitos contrapuestos.

Según la magnitud de su papel en la historia se les clasifica en Protagonistas (Quienes aspiran lograr algo), Antagonistas (Quienes se oponen a las aspiraciones del protagonista), Secundarios (Quienes apoyan al protagonista o antagonista en sus aspiraciones o son motivo de ellas). E.M. Forster los clasifica en: Redondos (Quienes se debaten en constantes alternativas y modifican su conducta a lo largo de la historia) y Planos (Quienes permanecen idénticos, inalterables).

Un personaje de ficción es convincente cuando imprime una huella en el lector, no importa su papel dentro de la historia, sus acciones moverán fibras emocionales y será tan cercano a quien lo lee, que no habrá duda de su vitalidad. Sus contradicciones le darán tanto relieve que identificaremos las nuestras en él o ella. Será tan único como universal y tan independiente de quien lo creó que podrá decidir su destino en la obra. Un personaje de ficción verosímil nos hará mirarnos a nosotros mismos identificando nuestros sentires en ella o él. Pero también será discreto cuando le corresponda serlo, y estará supeditado a la historia que se cuente, dándole protagonismo a ella misma, porque no siempre un personaje es lo más importante. En El Perseguidor de Cortázar, Johnny Cárter, el personaje principal, es el todo en el cuento, su angustia, su talento, su Amorous son el eje que motiva el relato. En cambio, Continuidad en los Parques del mismo autor, se centra más en la trama, en la historia dentro de la historia que en los amantes que se citan, sin rostro y sin nombres, con el relieve justo para darle vida al cuento.

Como ves, la importancia de un personaje para el cuento es que sin él o ella no hay historia, ya que es quien desarrolla las acciones, quien hace avanzar la trama, quien traza los caminos del conflicto al compás de sus anhelos, sus angustias y en algunos casos sus miserias. Y para lograrlo con eficacia el desafío del escritor es hacerlo verosímil, consistente, palpable aún en los casos que no posee nombre, ni rasgos físicos. Porque hay personajes que con un par de movimientos en la trama, surgen como una llamarada potente.

He aquí la respuesta de tres cuentistas a la pregunta:
¿Cómo se construye un personaje creíble?

Luis Barrera Linares:
Convenciendo al lector de tu seguridad total acerca de su existencia. Aquí no hay límites y esto no tiene que ver con lo real o con lo imaginario y lo virtual. Si estás seguro de la “personalidad” de tu personaje y él se comporta como debe hacerlo, el lector no dudará de él. La credibilidad la pone el escritor y debe asimilarla el lector. También es importante que un personaje resulte verosímil en el marco de la historia en que aparece.  
                               
Gabriel Jiménez Emán:
El asunto de la verosimilitud es uno de los más complejos en el arte narrativo, llevar al plano de la credibilidad algo que es inventado, que es ficción, que el lector te crea esa “mentira”, en eso consiste quizá el trabajo más arduo del narrador, y la verdad es que no sé como se logra, será en todo caso con trabajo y más trabajo, cometiendo errores que pueden ser luminosos y viviendo muchas cosas intensas, pero sobre todo leyendo mucho. Los personajes de Hemingway, por ejemplo, en lengua inglesa, son soberbios, extraordinarios, impactantes, están sacados de algo profundamente vital; los personajes cotidianos de Raymond Carver realmente están creados para que tú les creas todo. Los personajes de Gallegos, son creados en tres líneas, es algo mágico cómo Gallegos puede crear personajes con algunas pinceladas, así de un solo tirón, y cómo García Márquez te emplaza directamente a dialogar con sus personajes. Es algo que sólo logran estos maestros.

José Acosta:
Convirtiéndose uno mismo en el personaje.

EJERCICIO:
1-Estudia el rasgo físico, sicológico y emocional que hace único o única a cualquier persona que conozcas y a partir de ello desarrolla un cuento breve, considerando la premisa de Hemingway: Un buen personaje de ficción es como un Iceberg, sus 9/10 partes están debajo de la superficie.

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