Poemario de Antonio Urdaneta, Premio Municipal de Literatura Antonio Arráiz, 2002, publicado por Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2008.
Un Lirio que viene del mar, la memoria que regresa, voces remotas recorren el camposanto de San Miguel de Quíbor hasta el planeta Barquisimeto. Mitología y Veragacha por la calle del poema.
El lirio que vino del mar, un novedoso libro escrito desde el antes y el después, una poesía que bien sabe escabullirse de modismos y escuelas. Un libro nuevo, “extrañamente nuevo”, como diría Luis Alberto Crespo en su prólogo; a veces inasible en su lenguaje, pero siempre perceptible en su sustancia. Imágenes poderosas nos confrontan con un mundo soleado de esperanzas, impregnado de creencias. Dice el poeta:
El lirio blanco antillano acompasa en febrero
la procesión de la candelaria multicolor
y es un rayo de silencio pisoteado en medio del smog
y el tráfico.
Y más allá de la imagen, el ataque sensorial: tráfico y silencio abordan el oído, la nariz se entumece con el smog y a los ojos salta el blanco lirio en medio de una fiesta polícroma. Es que no hay palabras en esta poesía de Antonio, hay acemas negras y café amargo, cifras inocentes saltando de un tablero, vulvas de urticantes vellos.
He aquí este Lirio que también es sanación, ruego y comunión con los dolores universales.
Dice el poeta:
Dios Virgen colma mi pequeña compasión
Por la mujer que sufre
Mal de vientre.
Quiero conducir con mis manos
de nuevo,
la luna en el cielo corporal
al lugar de su perfecta conjunción,
cantándole una rapsodia de oro
y plata
hasta el trono de la calma.
Bienvenido este libro que como el poeta viene forastero de un lejano futuro, “mostrando lo exterior / mientras lo interior brilla por su ausencia”.
1 comentario :
Este libro es muy bueno, me lo prestó hace semanas Julio Valderrey.
Me gusta mucho.
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