sábado, 29 de noviembre de 2014

SUPLEMENTO CRIMINAL

Cuando la gente del pueblo se enteró que el Diario de esa mañana traía como suplemento una víctima de violencia, corrieron a todos los kioscos para saciar su curiosidad. El despliegue publicitario desbordaba su percepción. Era un caserío pacífico donde jamás se había dado una bofetada, ni siquiera una palabra obscena, y vivían en el abrazo solidario de los pobladores campechanos que de alguna manera están emparentados en sangre e historia.
Hasta ese día, porque era tanto el anhelo de llevarse una víctima a casa y tan pocos los suplementos que el Diario les destinó, que tuvieron que usar sus afiladas herramientas de cultivo para labrarse una víctima propia a la medida de sus deseos.
 Juan Manuel Parada

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